Fuera ya de
las identificaciones basadas en los datos de Ptolomeo, que eran el
objeto central de este trabajo, y del Ravenate, me quedan algunas otras
ciudades con pistas por analizar. Entre Curnonion y Grachurris
Ptolomeo no señala ningún núcleo. Allí se encuentra, sin embargo, Olite.
Se ha tenido más habitualmente por fundación goda, hecha por los propios
vascones rebeldes, forzados por los godos, para contenerlos, al decir de
San Isidoro, en un precioso texto (Hist. Goth. 63) que, de
paso, nos informa sobre la misma utilidad que debió tener el lugar, muy
inicialmente, en época romana: En el año 621 d.C., reinando Suintila, «...montivagi
populi... ut... Ologicum civitatem Gothorum... conderent...».
Curiosamente, se suele traducir Ologicus por «Olígito» (así Jusué
Simonena-Ramírez Vaquero, 1994: 23). De la misma manera, un sello céreo
del concejo de Olite, del año 1291
es leído «Sigillum iuratorum et concilii de Olito»; pero en el
final, antes de la fractura que afecta al topónimo, no hay una T, sino
una C o G. Si bien no hay duda de que para el siglo XII el comienzo del
nombre había pasado a Olit-:Olitis/Olit en vez de Olog-
(Jimeno Jurío, 1968: passim), también es cierto que la fuente
literaria más antigua, San Isidoro, da Ologicus, con O y G o C.
Recurriendo a la numismática, recordarnos la citada ceca de Olca/Olcala/Olcairun.
Parece apropiado proponer que el nombre antiguo fuera Olca, de
donde el paso a Ol(o)gicus, si difícil, es el más
lógico,
De la misma opinión, aunque se basa en que es el único amurallamiento
visigodo conocido de la zona, es R. López Melero (1987: 469).
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Ofrecen una espléndida reproducción en color Jusué Simonena-Ramírez
Vaquero,
1994: 18.
Como
posible nombre híbrido celto-vasco (Olca-irun) lo toma J.
Gorrochategui (1987: 438), aunque con problemas.
Terminado este trabajo, conozco el de J. Aldecoa Lecanda (1965: 17), que
propone para la autoría de esta ceca a los olcades y para su
ubicación, con dudas, las ciudades de Oyarzun u Olite. Pero la relación
con los olcades es indefendible.
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