Con la segunda grafía, la
pliniana (III, 4, 29 y IV, 34, 110), viene ubicándose en Oyarzun
(Guipúzcoa) por el parecido toponímico. Éste es evidente y no discutible
(Tovar, 1989: C‑505: Peréx, 1986: 180), pero creo que no tiene que
limitarse a él. Porque, en efecto, Estrabón dice (III, 4, 10) que «está
alzada en el borde del océano», pero Plinio, respectivamente (ibid.),
habla del litus Oiarsonis, «la costa» de la ciudad, y de su
ubicación sobre el Océano, y ello se corresponde bien con las dos
mediciones diversas que da Ptolomeo (II, 6, 10): Por un lado la ciudad
de Oiassó y, por otro, «el promontorio de Oiassó del
Pirineo». Como prosigue en su parágrafo 11, desde este promontorio
comienzan los Pirineos. Parece, puesto que la ciudad y el valle de
Oyarzun actualmente quedan demasiado al interior, que «la costa de
Oyarzun» debe considerarse la zona de Irún‑Kosta,
y el promontorio mismo el relevante cabo Higuer, con un Veneris iugum
según Avieno (Schulten, 1958: 35).
Se abriría así, más que un punto, un abanico costero para los vascones.
Importa el detalle también a la hora de considerar una alternativa al
Summus Pyrenaeus vascón mencionado por el Itinerario de Antonino en
la vía XXXIV, como veremos más abajo.
Se han agrupado recientemente
los testimonios arqueológicos de la zona, apostando por la ubicación de
la antigua Oiassó sólo en el cerro de Beraun, de Irún, al fondo
de la bahía de Fuenterrabía (Fernández Ochoa‑Morillo Cerdán, 1994: 147
ss.), con al menos dos muelles a su pie y una cronología de comienzo
fluctuante entre el último cuarto del siglo I a.C. y el cambio de era o
poco después (ibid.: 151, ahora Unzueta, 1996: 166). Sin embargo,
Peréx Agorreta (1986: 183) ya anotaba la existencia de indicios de
población dispersa entre Oyarzun y Fuenterrabía e Irún. Y es de recordar
también una menos citada frase del Ravenate (318, 1‑3): Item iuxta
superius nominatam civitatem Ossaron, quae ponitur non longe ab Oceano...,
que insiste en la idea del doble núcleo, ciudad y puerto. Por tanto, la
potenciación del puerto de Irún por los romanos, al menos a partir de la
construcción de la calzada desde Tarraco, en la última década del
siglo I a.C. (para el movimiento del mineral extraído en la región
inmediata de Arditurri o para relaciones comerciales genéricas), debió a
la vez de mantener el núcleo urbano interior vascón,
que seguiría desarrollándose en el área de Oyarzun y el río Bidasoa, más
próximo a las explotaciones mineras, una actividad sí específica de la
época anterior. Creo, pues, que es muy factible defender la posibilidad
del doble núcleo urbano para Oiassó (Caro Baroja, 1996: 468).
Los Talaiari. Creo que
no se ha señalado aún que en esta costa, limitando por el E la ensenada
de Asabaratza, se encuentra un accidente geográfico, una punta, de
nombre «Talaiari». La única entidad gentilicia documentada en territorio
vascón lo es en un ara votiva, quizá al D(eus) M(agnus) P(eremusta?),
procedente de Rocaforte (Taracena‑Vázquez de Parga, 1947: nº 45a;
Castillo et al., 1981: nº 29), dedicada por una I/T/Fesine
que se dice Talaiorum.
Si su zona de origen se correspondiera con este área de la «Punta
Talaiari» ‑y la identidad del nombre parece bien concluyente‑, se
comprendería la anomalía, in ultimo Vasconum, ya más bien
partícipes de los hábitos septentrionales.
Me parece, no obstante, más probable que los Talaiari fueran
mejor la primera gentilitas costera
de la gens bardieta o várdula, porque además no se documentan
gentilidades entre la natio de los vascones. La frontera común
debía de ser la ría de Pasajes.
La vía XXXIV. Por último, en
relación con esta zona costera vascona, parece que se debe aceptar que
una buena calzada debía indefectiblemente unir Oiarso al menos
con Pompaelo y de la forma más directa; pero no, o no sólo,
porque era la única salida marítima de los vascones (circunstancia que,
a los ojos pragmáticos de la administración imperial, sería
perfectamente secundaria), sino porque se trata de la gran calzada
Tarraco‑Oiarso, obra de Augusto (Estrabón III, 4, 10,
de ahí que pueda utilizarse quizá para ella también la denominación de
via Augusta), y cuya calidad y tránsito serían mayores.
Según R. Syme (CAH X: 343) allí «se cruzaba con otra de San
Sebastián a Bayona», suponiendo que esta otra ruta entre Hispania y
Aquitania fue abierta en los momentos iniciales de la guerra cántabra,
con Augusto (Tovar, ibid.).
Habría, por tanto, que contar con que ambas, ya unidas, atravesaban los
Pirineos por Behobia‑Bayona o incluso por Bidasoa‑Ibardin, para
encanimarse en una sola hacia Aquitania y Burdeos. Y con que aquí
también, en lógica consecuencia, habría un Summus Pyrenaeus
y un Imus Pyrenaeus. Y esto nos lleva a la siguiente ciudad, ya
en la serie del interior.
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Otros
autores que diferencian los dos núcleos han preferido ver en la zona de
Pasajes la litoral y en el monte Jaizkibel el promontorio (Peréx Agorreta, 1986: 182 con las referencias).
La
referencia a este templum Veneris del Pirineo atlántico, aunque
se ha discutido, ignorado, o atribuido al templo de Venus de Port
Vendres, en el Pirineo mediterráneo, puede ser cierta, ya que tiene
lógica que en ambos extremos de la cordillera hubiera un templo a la
misma diosa y, además, el-Ildrisi (1974: 74) incluye las ciudades de
Çoly, Tudela, Huesca, Jaca y Calahorra en lo que llama «País del
Templo», y me parece muy lejos para que su referente sea el del
Mediterráneo (pace E. Saavedra, ibid.: 151, a pesar de que
Idrisi está describiendo aquí sólo el norte de España). Fernández Ochoa
y Morillo (1994: 145) citan el hallazgo reciente de un lote de bronces
romanos, incluso de tipo religioso (apliques con Marte, Minerva, Sol y
Luna) hallados en el mismo fondeadero de Cabo Higuer, pero no los
relacionan con Avieno, ni se refieren al templo.
O
várdulo, según P. Mela, III. 1, 15. No es verosímil pensar que el puerto
se creara en época prerromana en función de una navegación de gran
calado.
Para
el nombre se han propuesto también Fesine y Pesine (éste
improbable). Recientemente, H. Gimeno y J. Velaza (1994) sugirieron otra
lectura para este epígrafe, que lo convertía en funerario: D(iis)
M(anibus) P/3aesine
/[O]tai (filia) ân/orum /1
XIII.
Sin embargo, una excelente fotografía antigua de J. E. Uranga (publicada
por Taracena‑Vázquez de Parga, ad loc.), cuando el epígrafe
estaba en mucho mejor estado, nos impide aceptar su ingeniosa propuesta
de lectura, prefiriendo así la anterior, D·M·P·.
También
podría tomarse cono indicio de la anterior pertenencia de esta zo-na a
los várdulos («un sólo pueblo que se extiende desde aquí hasta el
pro-montorio de los Pirineos»: P. Meta, ad loc.). La ensenada
inmediata hacia el O., delante ya de Pasajes, conserva bien el nombre de
«Murgita», ambos nombres indicativos de frontera.
Plinio,
NH IV, 110: A Pyrenaeum per Oceanum...
Olarso, Vardulorum oppida...
«Esta
misma región (scil., el valle del Ebro) está cruzada por la vía
que parte de Tarraco y va hasta los vascones del borde del
océano, a Pompelo y Oiasón, ciudad alzada sobre el mismo
Océano... se termina en la frontera entre Aquitania e Iberia».
La
muy y muy bien estudiada «vía de las Cinco Villas» debía ser sólo un
tramo del recorrido general desde Tarragona, a juzgar por los cinco
miliarios de Sora de Ejea, Ejea, Sádaba y Castiliscar datados de Augusto
y Tiberio. No es propiamente una conexión entre Zaragoza y Pamplona (que
también), sino la ruta hispana más corta para enlazar Mediterráneo y
Cantábrico y para alcanzar Aquitania. Con moderadas dudas sobre ello Aguarod‑Lostal, 1982: 168. Su ausencia en el Itinerario de Antonino no
es más que otra prueba del carácter particular e imperfecto de este
repertorio tardío. Una vía casi paralela cumplía la misma función en
Galia, vía que además era la más corta desde Roma.
Aspectos
de detalle, con microtoponimia, interesantes en cuanto a las múltiples
rutas y pasos viarios, en el interior del País Vasco, han sido tratados
recientemente por M. Esteban (1990: 75 s.s. y 85 ss.).
Obviamente,
entendiendo summus no como el punto absoluto más alto de la
cordillera, sino como el más alto de la calzada que la va atravesando.
De ahí que en todos los pasos viarios pirenaicos debiera haber postas
del mismo o parecido nombre, como el Summus Pyrenaeus (Summus
Portus) de la vía oscense a Beneharnum.
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