Epigráficamente documentado
el primero, debe ser el correcto (aunque nada impide aceptar un cambio
vocálico, o su pérdida., a lo largo del tiempo). El Itinerario de
Antonino (455, 6) y el Ravenate (311, 14) la mencionan al norte de
Pompaelo y Ptolomeo la ubica al NE de ésta misma. La gran mayoría
de los autores se han inclinado a identificarla por otra ruta más al E,
en la zona de Espinal (Peréx‑Unzu, 1987: 555; de Miguel, 1992: 260,
entre otros muchos), camino del Puerto de Ibañeta/Roncesvalles, donde se
han hecho también hallazgos y excavaciones arqueológicas, pero no
concluyentes en cuanto al nombre (Peréx, 1986: 172). Todos estos autores
parecen aceptar que esta via Augustea tenía algún motivo para
desviarse hacia el Este. En cambio, sobre la ruta hacia Oiassó/Oiarso
(a cuya importancia estratégica acabo de referirme y que no debería
desde Pamplona más que seguir hacia el estricto Norte) sólo K. Müller,
supuso Iturissa en Ituren (por cierto algo desviada del camino,
Tovar, 1989: C-456). G. Arias, otro buen especialista en calzadas
antiguas, la ubicó también en ella, poco antes de Almándoz, al señalar
restos de pavimentación romana a la altura del Puerto o Alto de Velate
(1968: 440; foto en Peréx, 1986: 340).
Restos de ¿calzada romana? en Velate.
Conviene advertir que por
ninguna de las dos rutas, Espinal o Velate, encuentran acomodo las 40
millas totales (unos 59,2 Km) que indica el Itinerario de Antonino entre
Pamplona y el paso de los Pirineos, ni las 18 millas (26,6 Km) de su
segundo tramo, de Eturissa a Summus Pyrenaeus (sobre ello,
de Miguel, ibid.). A la muy relativa fiabilidad general del
Itinerario (Roldán, 1975: 22‑23) quizá haya sólo que añadir otros
errores en esta misma vía ab Asturica Burdicalam (ibid.:
100) para sostener que ha habido en los manuscritos una minoración del
número de millas hasta el Summus Pyrenaeus. No hay otros datos de
restos arqueológicos, aunque los de la calzada parecen suficientemente
indicativos y deben complementarse con la existencia del «puente de la
Reparacea», en el camino de Velate a Oyarzun (Liz Guiral, 1985: 71). De
otro lado, es en la línea de los puertos de Velate y Azpiroz donde los
geógrafos observan la divisoria cantábrica. Poco antes de Velate sí se
cumplen aproximadamente los 32,5 Km desde Pompelo a Eturissa.
Defiendo esta localización, cerca de Iterrizokoa‑Velate, para
Eturissa por otras cuatro razones:
La primera, porque, a tenor
de lo dicho, la desviación en Ptolomeo de ella con respecto a Pamplona,
es exagerada (como ya dije, cabe toda la Vasconia ptolemaica en 1
grado de longitud). La segunda, porque es la que mejor conserva la
dirección final de la calzada XXXIV, que es alcanzar, se supone que por
el camino más corto, Aquae Tarbellicae o Augustae (Dax)
y Burdigala (Burdeos) y, si hay alguna ciudad conocida entre
Pamplona y Oiarso, es lo lógico que esté en esta ruta: El paso
por Espinal-Ibañeta‑Roncesvalles, el antiguo portus Cicereus,
con sus 35 millas a través de la cordillera (al‑Idrisi, 1974: 143) me
parece un desvío innecesario si el propósito es llegar a Oiarso y
de allí a Aquitania. La tercera, que también el camino más directo desde
Pamplona hacia el enclave marítimo de los vascones, Oiarso, es
precisamente la que pasa por Velate. Si descartarnos que la vía XXXIV
fuera por Roncesvalles, se abren tres opciones desde Velate. Y las tres
exigen una modificación del Itinerario de Antonino: Las millas desde
Turissa a Summus Pyrenaeus deben corregirse siempre en [X]XVIII
en vez de XVIII, es decir, 41,440 Km. De tal forma tenemos estas
tres posibilidades:
1) Desvío en Mugaire‑Oronoz
por Elizondo al Puerto de Otsondo, donde se cumplen aproximadamente los
42 Km (las [X]XVIII millas que acabo de sugerir), y otros 8 a
Dantxarinea/Ainhoa. Este paso, otra veces llamado «de Maya», tiene a su
favor una posible ciudad y una ruta del siglo XII que lo seguía.
2) Bifurcación en Vera de
Bidasoa (Esteban, 1990: 83 ss.), a donde hay también 42 Km desde Velate,
para pasar los Pirineos por Ibardin/Herboure (asimismo unos 8 Km). Es
posiblemente el mismo que al-Idrisi (1974: 143) llama «puerto de
Bayona», por su lugar de llegada.
3) Pasar ya por Irún/litus
Oiarsonis‑Behobia-Hendaya, radicibus Pyrenaei al decir de
Plinio, aunque por aquí en el último tramo se contarían 13 Km en vez de
los 8 últimos del Itinerario.
La segunda, la de Ibardin, me
parece con todo la ruta más corta cuando se quiere continuar a Burdeos.
Pero la tercera tiene a su favor que se ajusta a la repetidamente citada
calzada Tarraco‑0iassó. Ya se ha señalado que Bidasoa
puede, en vasco, recordar el paso de un camino. Por todo lo dicho, las
mansiones de Summus Pyrenaeus e Imus Pyrenaeus
habría que buscarlas por allí, en los pasos de Dantxarinea, Ibardin o
Hendaya, preferentemente en uno de los dos últimos. En todo caso, es más
lógico que Eturissa estuviera sobre esta ruta y no hacia
Roncesvalles. No pretendo con estas nuevas hipótesis intentar además
cuadrar las cifras (máxime cuando estarían pendientes de realizar
prospecciones in situ), sino sencillamente sugerir, por una
parte, que Eturissa debía de estar en la vía de Pamplona hacia la
costa y hacia Oiarso y, por otra, que también es el modo más
corto y lógico de llegar a Burdeos. Y éste, el sentido práctico y
economicista, y no otro, fue el objetivo constante de Roma.
Panorámica norte del puerto de Velate. Foto: Alicia Canto.
Recordaré, en cuarto lugar y
a modo de prueba (por lo que sé nunca citada a este propósito), la ruta
más corta por la que el retor y poeta bordelés Ausonio (III, 6:
Mañaricúa, 1972: 234), a fines del siglo IV d.C., aguardaba el regreso a
Burdicala de su querido discípulo y senador, Paulino, largamente
ausente en los bosques de los Vascones, en los nevados Pirineos:
Esperaba con ansiedad verle llegar «a través de la tierra de los
Tarbelli», es decir, por el camino paralelo a la costa que
atravesaba la hoy francesa región de Labourdie, Laburdi, Lapurdum,
hacia Burdeos. Creo que si ésta, por el paso pirenaico más próximo a la
costa, era la ruta más directa para viajar desde el saltus Vasconum
hacia Burdigala en el siglo IV, también debe ser la que seguía la
vía XXXIV del Itinerario de Antonino, fuera por Hendaya o por Ibardin
como más corta. Parece evidente el valor de este texto, por cuanto
maestro y discípulo vivían y se carteaban entre los dos extremos de la
vía que discutimos. Y si en esta calzada XXXIV estaban el Summus
y el Imus Pyrenaei, también deberíamos encontrar en ella la
Eturissa que buscamos.
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Recuerdo
ahora el problema de la casi verticalidad de los Pirineos en este autor,
que «achata» todas sus proporciones en cuanto a las longitudes. Ello
hace que no debamos considerar más que una ligera desviación, al NE., de
Eturissa con respecto a Pompaelo. Esta observación vale
más adelante para otras ciudades.
Observación
ya hecha por Taracena‑Vázquez de Parga (1947: n. 16), indicando que de
Pamplona a Ibañeta por Espinal sólo hay 49 Km. He encontrado una precoz
guía turística (Guía, 1923: 19) que detalla el recorrido y coincide
exactamente en estos 49 Km. hasta Ibañeta, a Espinal 40, a Valcarlos con
el paso, 64 y 74 Km hasta San Jean de Pied de Port, desde donde se podía
continuar por carretera o ferrocarril hasta Bayonne. Pero curiosamente,
la misma guía (pág. 27) ofrecía a los turistas motorizados de comienzos
del siglo una segunda ruta, algo más larga pero bella, que rodeaba por
Aoiz y Na-gore. Y por aquí hay de Pamplona al empalme de Espinal 55 Km y
a Val-carlos 77. Sólo se cumplirían, pues, por ambas rutas, los 7,4 Km a
Saint Jean de Pied de Port, que más, o menos coin-ciden con las 5 millas
del Summus al Imus Pyrenaeus del Itinerario, pero contando
no desde Valcarlos‑Luzaide, sino desde el mismo paso de Arnegui.
Mensúa,
1960: 13.
RE
III.I (1895, col. 306‑307). Según Peréx (1986: 173), la mansio Aquae
Terebellicae se situaría en el actual Tarbes (Francia), al N. de
Huesca, pero es casi imposible que la calzada derivara de tal forma
hacia el Este, y habría más del doble de los 93,24 Km que de
Terebellica a Burdigala da el Itinerario. Además la
identificación de esta zona de aguas termales con la ciudad balnearia de
Dax es segura, aunque carece de epígrafes probatorios (CIL XIII, p. 53),
y sabemos que los galos Tarbelli estaban más cerca de la costa
atlántica (cf. Infra). Las distancias se cumplen bien, por
Be-hobia y por Ibardin, a la aquitana mansio Carasa (mal ubicada
en mi opinión, y sin pruebas, en el francés pueblo de Garris, bastante
más al E. así en RE III.2, 1895, col. 1569), si ubicamos Carasa
mejor en el entorno de Bayonne/Baiona (si no es ésta misma), desde donde
se cuentan casi exactamente los 57,5 Km a Aquae Tarbellicae. La
célebre inscripción de Hasparren (por último Bost‑Fabre, 1988: siglo III),
posible-mente augustea, demuestra allí la temprana existencia de uno de
sus pagi dependientes.
No
dejo de tener en consideración el hallazgo de un ara al Sol en el Alto
de Ibañeta (Castillo et al. 1981: nº 23), pero creo que se trata
más bien de un paso secundario, como el de Urculu (¿Hércules?) más
oriental, éste incluso con sus llamativos restos. La fama y el mayor uso
del paso de Roncesvalles, aunque por supuesto se usara en época romana
(como se ve, entre otros datos, por las excavaciones de J.L. Tobie en
Saint Jean le Vieux, en el lado francés, o en los restos de calzada en
el Alto Erro), deben obedecer a la época medieval y a causas
posteriores, como la capitalidad del reino visigodo de Tolosa, o, más
adelante, a las peregrinaciones, o al interés de algunas instituciones
medievales en la zona, tal el monasterio de Saint Sernin de Toulouse,
dueño de propiedades en Navarra en los siglos XII y XIII. Pero son
destinos muy diferentes de los explicables en época romana y nada de
ello se daba en el milenio pre-cedente. Sobre este Portus Cicereus
y los otros tres pasos pirenaicos occi-dentales en el siglo XII, cf.
el‑Idrisi, 1974: 143 e infra n.63.
El
texto es problemático de inter-pretar. Se trata de la ruta cantábrica de
al‑Idrisi (1974: 142‑143). Dice que desde la desembocadura del río Sinadria (hoy Mayor, en el límite de Cantabria y Vizcaya) se va, a 45
millas, al río de Regina (desembocadura del Bidasoa), y a otras 50
millas a San Salvador de Olobide (scil. de Urdax), y tras otras
30 se llega a Bayona. Ésta es la interpretación de E. Saavedra (1881),
pero es difícil de aceptar, puesto que no tiene sentido alguno bajar
hacia el SE desde la costa, hasta Dantxarinea, para remontar nuevamente
a Bayona, si se podían cruzar los Pirineos por la costa. De cualquier
forma, como veremos más abajo, el paso de Dantxarinea cuenta ahora con
una posible ciudad romana, de forma que habría que concederle más uso en
la Antigüedad.
Quizá
lo misino le puede pasar más adelante a Behobia, escrito «Beovias», en
plural, junto a un castillito al pie del río, en el siglo XVII (mapa de
W. Blaeu, cf infra sub Tutela).
Algunos
autores identifican Lapurdum con la propia Bayona.
Pasos
pirenaicos existían muchos. Al‑Idrisi (1974: 143) señala los cuatro más
practicables de toda la cordillera: Jaca (col de la Perche), Portus
Asperus (Summus Portus‑Canfranc), Portus Cicereus (Roncesvalles)
y el de Bayona (Summus Pyrenaeus, según la hipótesis que he
expuesto). Y, más adelante en el tiempo, el viajero inglés Charles R.
Vaughan, en 1808 (1987: 186 ss.), dice que son numerosos tanto hacia
Aragón (siendo el más importante el de Benas-que) como hacia Navarra,
donde cuenta siete, pero añade que no todos están practicables todo el
año o son accesibles para carros. Entre los mejores, casi siempre
abiertos, él destaca los de Irún, Saint Jean de Pied de Port, Vera,
Echalar y Maya (scil., Dantxarinea).
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